Crisis del agua potable.
La Tierra posee 1.386.000.000 km3 de agua, ese total queda repartido conforme se señala en la tabla 1.
De esta cantidad aproximadamente unos 104.590 km3 son realmente aprovechables por el ser humano, lo que supone entre un 0,006 y un 0,007% del agua total del planeta.
Pero aun de esta cantidad solo el 22%, es decir unos 23.009,8 km3 son agua utilizada realmente en el consumo humano, lo que supone un 0.001% del total.
La escasez de agua
Y es que la escasez de agua se ha convertido en un problema global, no hay un continente donde no exista alguna zona afectada, ya sea a nivel de escasez física (falta del recurso) como de escasez económica de agua (existe el recurso pero no hay infraestructura para gestionarlo).
Ha sido a lo largo del siglo pasado cuando el uso y el consumo de agua ha crecido a un ritmo dos veces superior al de la población, lo que constata que el fenómeno es causado por la acción del ser humano. No es que falte agua para los 7.000 millones de habitantes del planeta, sino que el recurso se encuentra distribuido de forma irregular, o se encuentra contaminada o se gestiona de manera insostenible. Y es que los datos son muy reveladores:
-En 43 países, un total de casi 700 millones de personas sufren escasez de agua.
-En la próxima década, 1.800 millones de personas vivirán en países o regiones con escasez absoluta de agua y una tercera parte de la población mundial podrían hacerlo en condiciones de estrés hídrico (Se habla de estrés hídrico cuando la demanda de agua es más importante que la cantidad disponible durante un periodo determinado o cuando su uso se ve restringido por su baja calidad).
Teniendo en cuenta además la evolución del cambio climático, en el 2030, casi la mitad de la población mundial vivirá en áreas de estrés hídrico. Además, la escasez de agua en áreas áridas o semiáridas provocará el desplazamiento de entre 24 y 700 millones de personas.
Esta escasez ya existente y la que por la contaminación, el cambio climático y/o la gestión insostenible se avecina ha creado un nuevo negocio que es la privatización del agua, este negocio a nivel mundial y en el estado español está controlado respectivamente por dos y tres grandes grupos.
El negocio ha venido propiciado por la Comisión Europea, y el F.M.I., y ha sido una práctica habitual de la Comisión Europea el obligar y exigir a los países de la Unión y sobre todo, a aquellos que han solicitado ayudas, imponerles, como una más de sus obligaciones, la privatización de su sistema público de agua potable, como estamos viendo actualmente en Grecia, donde entre las condiciones impuestas esta la privatización de las sociedades de gestión de agua y saneamiento de Atenas y Salónica.
A esto mismo ha venido obligando el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional sobre todo en Sudamérica.
Las principales multinacionales del agua son francesas y británicas. En España destacan Agbar, Acciona y Aguas de Valencia. Lo que se está viendo es que muchas ciudades que habían privatizado sus sistemas públicos de agua, lo están volviendo a asumir, ante el fracaso del servicio privado. Caso emblemático es la ciudad de París, sede de las más importantes multinacionales de agua. París remunicipalizo su servicio de agua en el año 2010. En el año 2011, la empresa municipal “Eau de París” consiguió un beneficio de 35 millones de euros, lo que le permitió un recorte de tarifas del 8% y además siguió invirtiendo en el mantenimiento de su red de agua.
En el estado español, más de un 50% de la gestión del agua está en manos privadas y la tendencia es a aumentar. Muchos ayuntamientos y comunidades autónomas intentan vender sus sistemas públicos de agua. Dos son los casos más llamativos, por un lado, el intento de privatización del canal de Isabel II en Madrid, empresa pública con beneficios y que es modelo de gestión del agua.
El segundo caso, es la privatización en Cataluña por parte de la Generalitat de la empresa pública Aigues del Ter-Llobregat. Concesión valorada en mil millones de euros por un periodo de cincuenta años y que fue ganada por Acciona.
¿Es un negocio el agua potable de las ciudades? SI. En primer lugar, es una actividad que deriva siempre en monopolio. El precio de la concesión, lo acaba marcando la propia empresa, además el nivel de cobro de los recibos es prácticamente total, por lo que permite a las empresas disponer siempre de importantes cantidades de liquidez. El nivel de mantenimiento de las instalaciones en manos privadas es mínimo o nulo, lo que en la práctica supone un deterioro de las instalaciones, la calidad del agua y el servicio. Las empresas privadas si entran a este tipo de negocios es porque se les garantiza una tasa de beneficio de alrededor del 10% anual, ningún negocio garantiza esas tasas de beneficio. El negocio sobre el agua es uno de los mas indignos que existen, pues supone la especulación consciente y programada con algo que es vital para la vida humana, y que no admite sustitución por otro producto, la escasez, artificialmente creada, derivada de la contaminación de las aguas y desertización de grandes zonas del estado español y del mundo, no es un accidente, sino resultado de los residuos industriales(arrojados a los ríos al amparo de una inexistente legislación y control, lo cual favorece a las grandes corporaciones) y los gases emitidos a la atmosfera por las mismas empresas,(en idénticas condiciones), los cuales son responsables del cambio climático, que no es casual, sino consecuencia del modelo económico capitalista, cuyo puntal básico es la obtención del máximo beneficio a cualquier precio, incluido la vida de millones de ciudadanos del tercer mundo, que diariamente mueren bien por sed, o por enfermedades que serían evitables con el simple acceso al agua potable, algo que les está vedado. Para paliar esta escasez , que con su política de desarrollismo a ultranza han generado, deciden crear dos categorías de agua, la potable, de la mejor calidad, y que será únicamente accesible a aquellas personas que puedan pagarla, y el agua segura, de inferior calidad, aunque sin riesgos, al menos a corto plazo, para la salud, mucho más barata y accesible a la mayor parte de la población mundial. Por ello la garantía del derecho humano sobre el agua pasa por la propiedad y la gestión pública, democrática y transparente, de un bien que es esencial para la vida.
Bilboko Bikotea