DIVIDE Y VENCERÁS. SOBRE LA HUELGA GENERAL EN EUSKAL HERRIA

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Es una consigna muy vieja, la conocemos todos y todas. El “divide y vencerás” ha sido un lema maldito para la clase trabajadora, a la que de esta manera la han conseguido someter y domesticar.

Resulta ya cansino escuchar, incesantemente, por parte de “algunas, repetimos, algunas organizaciones obreras reformistas o revolucionarias” estatalistas, que por culpa de la cuestión nacional vasca se divide a la clase obrera y eso perjudica sus intereses y lo que es peor, perjudica a la revolución.

No vamos a tolerar más semejante acusación. La última huelga general en Euskal Herria ha demostrado, de sobra, quienes son los que dividen realmente a la clase trabajadora.

Ante semejantes ataques del capital no caben excusas estúpidas, no cabe ya esconderse detrás de supuestos planteamientos tácticos o estratégicas. El tren de la dignidad y la lucha no espera a nadie, y en este caso, el movimiento sindical abertzale ha tomado la iniciativa.

 

Y ya va siendo hora de que ciertos sectores de la izquierda españolista, reformista o revolucionaria, asuman que la autodeterminación del pueblo vasco no es un derecho con el cual se pueda jugar a conveniencia.

Porque en el fondo del debate, la supuesta contradicción para algunos y algunas de “patria –socialismo”, no es de la izquierda revolucionaria vasca no, es de algunas organizacionesautodenominadas de izquierdas estatalistas que tienen que aclararnos si, para ellos, el derecho de autodeterminación es instrumental o es un derecho inalienable.

Tal como lo analizamos nosotros, la liberación del pueblo vasco es una lucha antiimperialista de primera magnitud, realizada en las entrañas del Imperio y que es por eso que, en el solar vasco, nos jugamos el futuro de este pueblo como nación y como revolución, y aunque parezca mentira, tambiénel futuro de los sectores revolucionarios del Estado español.

El posicionamiento, sobre la huelga general en Euskal Herria, de UGT, CCOO y de las sucursales de IU tanto en vascongadas como en Navarra son de una sinvergüencería sin parangón en la historia de este pueblo y de su clase trabajadora. Pero sus renuncias y vergüenzas ya no sólo se reflejan en una huelga general, que saben positivamente responde a la necesidad de frenar las tropelías del capital, sino que se visualizan también en las posturas políticas que adoptan respecto a las ilegalizaciones de organizaciones obreras, antirrepresivas e incluso sociales. Las organizaciones revolucionarias de las distintas izquierdas no pueden caer en esos parámetros.

¿Quién antepone su “nacionalismo” a los intereses de la clase que dice defender?, ¿quiénes anteponen sus intereses burocráticos a los intereses de los trabajadores del Estado español cuando aceptan ilegalizaciones y persecuciones de organizaciones anticapitalistas, no ya en territorio vasco, sino incluso en otros lugares de la península?

En Euskal Herria, los diversos sectores de la izquierda, reformista o revolucionaria, que han sostenido la acusación, hacia el sindicalismo abertzale, de que la huelga general que se realizó en este país era política (como si una huelga general no fuese política…) coinciden en una cosa, en su inspiración jacobinista .

Y lo decimos consecuentemente e introducimos una variable más. El argumento de que era una huelga política ha sido utilizado también por organizaciones partidarias del neoliberalismo regional como PNV y UPN, los cuales se han manifestado todos los días, abiertamente, en su medios oficiales de comunicación, (leer por ejemplo el titular de DEIA del día 21 y en otros medios como EITB) de que la huelga era una huelga política, que no tenía nada que ver con los intereses de los trabajadores. (¿Desde cuando la derecha neoliberal regionalista vasco-navarra ha apoyado una huelga en defensa de los trabajadores?).

La utilización de ese argumentario (el de que era política), en su sentido más perverso, no era más que una excusa con una triple vertiente:

Una, dividir a la clase obrera vasca en función de su procedencia y sus raíces evitando la unidad de acción sindical.

Dos, hacerla fracasar,desde el mismo momento en que se intentaba transmitir a la clase trabajadora vasca de que la acción sindical abertzale no respondía a intereses de clase sino más bien a los intereses de no se sabe que “patria imaginaria solamente concebida en la mente del ideario nacionalista”. Porque en definitiva, el abertzalismo es una concepción irracional, que afecta al sentimiento, mientras que la lucha de clases es producto de la razón y de las condiciones objetivas de existencia.

Tres, los llamamientos realizados a no participar, e incluso boicotear la huelga, por parte de algunas organizaciones sindicales reformistas y de otras partidarias estatalistas (incluidos PNV y UPN), apelaban al argumento de “huelga política” para desmovilizar. Es decir, añadían al panorama socio-económico un factor mucho más grave, introducían en la agenda de la lucha al inexistente pero tan presente y de moda “apoliticismo”, delque se han empapado muchos sectores populares y de clase trabajadora desencantados o cansados, que identifican política con el mal de la humanidad.

Todos y todas sabemos cuales son los resultados sociales de la desideologización y quienes se benefician de ella.

Un dato más. Hace poco, la patronal españolista de boca de su organización más conocida, la CEOE, se atrevía a afirmar que la unidad de mercado española constitucional, por supuesto, se encontraba en peligro, incluso señalabanculpables…la existencia de autonomías capaces de legislar en lo que se refiere a cuestiones económicas.

Ahora que alguien nos diga… ¿Quién combate realmente al Imperialismo españolista y al capitalismo en su versión española?

Las burguesías de los distintos Estados –Nación y dentro de éstos, las burguesías regionalistas, aún teniendo los mismos intereses de clase en un determinado territorio, diseñan y aplican sus propios sistemas de reproducción y mantenimiento de dominio de clase…, romper los pilares en los que asientan su poder es fundamental para descoyuntar el sistema. Aunque sinceramente, este ya es otro debate y no enfocado a las organizaciones revolucionarias independentistas precisamente, sino a la izquierda españolista que tendrá, tarde o temprano, que realizar sus deberes para entender mejor la lucha de los pueblos por su emancipación.