ARALAR Y EL JUEGO DEL SISTEMA

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Hacía ya tiempo que el espacio de la socialdemocracia en Euskal Herria estaba muy saturado. En realidad es un espacio político “muy deseado” porque se presta a ser extremadamente flexible, puedes inclinarte a la izquierda o la derecha según convenga. En el sistema capitalista, la socialdemocracia ha sido y es una maravillosa gestora de la crisis, la socialdemocracia tiene todas las cartas a su favor.

Todos los grandes partidos del sistema contienen espacios de ese color político, excepto el PP. Cuando llegue el caso de que se produzca una especie de radicalización electoral entre lo malo y lo menos malo… el voto útil masivo se moverá a la vera de cualquiera de ellos. Hasta ese momento, los partidillos situados en esos parámetros socialdemócratas creen actuar convencidos de que son la avanzadilla de la transformación social.

No nos sorprende en absoluto que en ese tramo del espectro político e ideológico, de izquierda guay, habiten gentes de muy distinto pelaje. Algunos pasan por ser unionistas del Imperio español (es el caso de IU) pero últimamente vemos cómo distintos sectores, que hasta ahora no se habían identificado como izquierda abertzale, se apuntan al bombardeo socialdemócrata y afirman, sin complejos, que ellos son también izquierda abertzale, de la buena eso si…

Los primeros en autocalificarse de “izquierda abertzale buena” fueron los de EA, después llegó el sindicato ELA y finalmente, ayudados por un empujoncito del PNV, apareció Aralar.

Llegados a este punto, no nos cabe la menor duda del papel que juega ese espacio socialdemócrata patrocinado por el sistema de la mano del PNV y el PSOE. Y lo afirmamos con todas las consecuencias, patrocinado por PNV y PSOE por distintos motivos.

Aralar es un caso paradigmático, para el PSOE, este grupo político representa su nueva Euskadiko Eskerra. Es una inversión. Ante un ciclo estatutista finiquitado lo que se perfila en el horizonte es una reedición del “bai estatutoari” pero descafeinado y un acuerdo a medio plazo con el PNV es más que posible y sin duda alguna, el Partido socialista intentará que la nueva formación de Patxi Zabaleta se sume a ese proyecto, dejando una vez más a la izquierda abertzale combativa, fuera de los parámetros del cualquier acuerdo y negociación. Además Aralar para el PSOE es una buena manera de dar por positiva la ley de partidos y a su vez, institucionalizar parte de la disidencia vasca, ya se sabe que “si eres joven y rebelde…Cocacola te comprende”.

Para el PNV, Aralar es también una manera de desgastar ése espacio socialdemócrata con respecto a EA y a su vez, intentar destrozar a la izquierda abertzale. La apuesta del PNV en Nafarroa le ha salido redonda con NABAI. EA es la gran perjudicada como sigla en el antiguo reino y la izquierda abertzale ha acabado en un rincón acorralada.

En vascongadas, Aralar es el actual tonto útil necesario para mantener el equilibrio en el sistema, el PNV ya lo consiguió con IU y EA en el tripartito. Ahora lo vamos a ver con el partido de la todopoderosa Aintzane Ezenarro, a la que por cierto, le encanta salir en los medios del unionismo realizando declaraciones grandilocuentes de lo que son y en lo que se van a convertir. Apoyos no les faltan desde luego, tanto en Iparralde como de algunos presos dentro de la cárcel.

Es posible que nos equivoquemos, sin embargo hay posiciones en Aralar que recuerdan los pasos dados por EE a mediados y finales de los 80, renuncia a la lucha de masas, priorizar el frente institucional…de darse un polo soberanista, sin duda ellos, intentarán dominar la situación.

Lo que pensamos en EHK, es que el espacio que ocupa Aralar se estrechará con el tiempo, aunque sus dirigentes estén eufóricos en la actualidad. Veremos si son capaces de llegar a los resultados de la EE en sus mejores tiempos. La estrechez a Aralar le va a llegar por un lado de la mano del PNV y del otro de la izquierda abertzale si actúa de manera inteligente.

Lo que es evidente es que en las actuales circunstancias, lo que pretenden los enemigos de la nación vasca y de la clase trabajadora es acorralar a la izquierda abertzale; por un lado saben que los cien mil votos obtenidos sólo valen para resistir…y llegan a la conclusión de que la formación política ilegalizada, inevitablemente,será un cadáver político que acabará pudriéndose, fragmentándose yconsumida por los buitres que rondan alrededor.

Son tiempos de apuestas arriesgadas.

 

Euskal Herriko Komunistak (EHK)