Veo una relación de fuerzas efectivamente violentas pero, al mismo tiempo, como especialista en la violencia de los ricos, yo digo que el que siembra la miseria, recolecta la ira.
Lo que intentaré demostrar es que los trabajadores hoy son tratados como costes, gastos, recursos, materias primas, recursos productivos. Y a partir del momento en que la violencia de los ricos deja de ser visible. Es eso que es interesante. Que esa violencia de aquellos que quieren suprimir el salario mínimo en Francis, que piensan que los trabajadores cuestan demasiado caros, es una violencia generada a puerta cerrada, en la sala de estar de los barrios ricos, que no es visible.
Yo les digo a toda esa gente que defienden los intereses, como el señor Valls ha hecho, los intereses de los poderosos, de la oligarquía a la que pertenece, yo digo que son defensores de la burguesía. Que son militantes del sistema neoliberal y que los trabajadores quieren defender también sus intereses y su derecho a simplemente vivir normalmente en esta tierra en la que están de pasada, como todos nosotros.
Hay una guerra de clases que llevan a cabo lo más ricos contra los más pobres, en la que los más ricos y lo más poderosos se adaptan perfectamente a las nuevas tecnologías que se desarrollan en la sociedad y de las cuales se apropian y los trabajadores, las clases medias y las clases populares, son dejadas de lado.
Hay una frase del Papa Francisco I, que creo que es preciosa y dijo: "Los obreros han pasado de un estatus de explotados al de desechos". y es esta noción, como dije antes, de coste, de carga, de desecho, de parásito, de paria, de matón, que, en nuestros estudios decimos ¿quiénes son los matones? En nuestro último libro decimos, son los defraudadores más ricos, que roban recursos fiscales al estado francés, decenas de millones de euros. Si pagasen sus impuestos a la altura de sus fortunas, ya no tendríamos un agujero en la seguridad social, ni de déficit, ni de deuda pública.
Hay 85 personas en la tierra que concentran tantos recursos como la mitad del planeta.
El año que viene serán sesenta.
Vamos hacia una especie de infierno terrible para las clases populares. Para nosotros, la burocracia, la tecnocracia, a nivel de Europa, es una forma de matar la democracia. Quiero decir, pone una cortina de humo que impide la comunicación entre los ciudadanos y los oligarcas que hoy ocupan todas las instituciones como el FMI, que no son instituciones elegidas democráticamente. Que son instituciones creadas por los oligarcas para defender sus intereses a nivel mundial.
Monique Pinçon-Charlot, socióloga francesa, experta en las élites económicas y políticas