x Pedro Campos
Ponencia presentada en la mesa Socialismos del Siglo XXI, en el Primer Encuentro de los Pueblos y Estados por la liberación de la Patria Grande, efectuado en Sucre, Bolivia del 26 al 29 de Octubre del 2006
Compañeros y compañeras.
En primer lugar quiero agradecer al Presidente Evo Morales y al Comité Organizador de este Encuentro histórico, la extraordinaria oportunidad de visitar la veneradatierra indígena boliviana, donde combatiera y cayera por todos los oprimidosde América, el Comandante inmortal, el guerrillero heroico Ernesto Che Guevara, cuya gesta, continuamos hoy en esta reunión, sólo que en otras condiciones y por otras vías.
Igualmente deseo agradecerles la posibilidad de reunirme con esta pléyade de revolucionarios y compartir con ellos criterios y experiencias, con miras a las grandes luchas que enfrentamos en el camino del Socialismo en este nuevo Siglo.
Me corresponde abordar La Autogestión Empresarial y Social o Autogestión Socialista y su relación con el intercambio de equivalencias.
El Socialismo en el Siglo XXI, que necesariamente deberá ser participativo y democrático, no va a llegar por la buena voluntad de alguien, algunos o las mayorías, o porque una organización política apoyada por las mayorías llegue al gobierno, sino porque tales mayorías logren controlar –efectivamente- los medios de producción y los recursos naturales, ahora en manos de las grandes compañías explotadoras nacionales y extranjeras, y los pongan en función de los intereses de la nación, las comunidades y los trabajadores, en combinación armónica con la naturaleza, de manera que se vaya haciendo realidad, paulatinamente, una nueva economía, basada no en la producción de mercancías y el ánimo de lucro, sino en el intercambio de equivalentes.
No bastará, pues la revolución política, será necesaria la revolución social, que implica un cambio en las relaciones de propiedad y producción y, consecuentemente, en los objetivos del proceso productivo.
El problema del poder está íntimamente ligado al dela propiedad, como ha demostrado la historia. Fueron las clases poseedoras de los principales medios de producción, las que controlaron y dieron nombre a los regimenes esclavista, feudal y capitalista.
Los sistemas políticos que se erigieron sobre las bases económicas de cada régimen, fueron más-menos democráticos, más-menos autoritarios en dependencia de circunstancias históricas y culturales, pero cualesquiera que fueran sus formas, siempre estuvieron controladas por las clases dominantes, por los grupos de personas poseedoras de las riquezas, por las clases propietarias.
La democracia por sí sola nunca ha existido, siempre ha estado controlada por los dueños de la economía, siempre ha tenidocomo apellido el régimen de producción predominante: fue democracia esclavista, democracia burguesa o será democracia proletaria. Si queremos que sean los trabajadores y el pueblo los que den apellido a la democracia, deberán ser primero dueños de la economía, lo que es decir de los medios de producción y de los recursos naturales, verdadera y única garantía de la democracia participativa que implica el Socialismo del Siglo XXI.
La nueva sociedad, basada en la nueva economía no se construye en un día, ni porque de buenas a primera se intervengan y nacionalicen los recursos naturales y los medios de producción fundamentales. A través de la Historia, han existido muchas nacionalizaciones e intervenciones de recursos nacionales y medios de producción en gran escala, que no han conducido al Socialismo, sino al fortalecimiento de las burguesías nacionales. Esto ha ocurrido con muchas revoluciones democrático-burguesas, que ha rescatado esos recursos, pero no tanto en interés de toda la nación, como en función de los intereses de las burguesías nacionales.
De manera que no basta con nacionalizar y estatizar los recursos naturales y los medios de producción; hay que convertirlos en propiedad social efectiva, socializarlos, pero más que repartir; se trata de compartir la propiedad, de manera que los trabajadores y los ciudadanos organizados en colectivos laborales y sociales, en sus comunidades, sean los verdaderos dueños.
El socialismo que fracasó en Europa, nacionalizó, controló y estatizó todos los medios de producción y los recursos naturales, pero no los socializó, no hizo efectiva la propiedad social,por dejar concentrados todos esos medios en manos del Estadoy no compartirloscon los productores directos, a los que usó como simples asalariados, controlados por aparatos burocráticos que determinaban todo en relación con la producción, la gestión, los salarios, los costos y la repartición del excedente. Estos señores, que en nombre del Estado socialista tomaban todas las decisiones, eran los verdaderos dueños.
Por eso aquel socialismo de Estado que controló totalmente la propiedad y organizó la producciónen forma asalariada, no era más que una especie de capitalismo de Estado metamorfoseado, que identificaba errónea y vulgarmente al socialismo como una forma de distribución igualitaria y no como una forma de producción. Este sistema trató de repartir "equitativamente" la renta nacional, con lo cual distorsionó la ley de la distribución socialista que debe realizarse según los resultados del trabajo productivo.
Muchos gobiernos progresistas, que nunca cambian en definitiva las relaciones de producción y propiedad y se contentan con una "mejor distribución" al estilo del "estado de bienestar",creenestar “haciendo socialismo”. Eso es un grave error compañeros.
La igualdad en la sociedad socialista no está en que todos recibamos beneficios por igual. Aquí la igualdad es ante la ley, ante las posibilidades de desarrollo, de superación cultural y de salubridad. Pero el acceso a los medios de vida y a la riqueza, debe estar determinado por el trabajo de cada uno. De manera que la distribución de la riqueza no puede ser igualitaria, sino relativa al aporte productivo de cadapersona.
Esto es así y no de otra forma por la sencilla razón de que todavía la sociedad noes capaz de producir para satisfacer todas las necesidades por igual de todas las personas.
El igualitarismo en el Socialismo, es una idea unilateral francesa introducida por Lassalle a mediados del Siglo XIX en el movimiento obrero, heredada de la Revolución de 1789, ampliamente criticada por Marx y Engels ydesgraciadamente muy extendida en el socialismo del Siglo XX, que nada tiene que ver con la concepción científica del desarrollo de la sociedad.
La verdadera, la plena igualdaddel hombre, la mujer, los indígenas y los discriminados por cualquier causa, se irá haciendo posible con el desarrollo de la sociedad socialista, en la medida en que vayan desapareciendo las diferencias entre las clases, entre el trabajo manual y el intelectual y cuando los hombres laboren libremente, no por necesidadsino por satisfacción.
El socialismo se empezará a hacer efectivo en tanto la propiedad y la apropiación se socialicen, en consonancia con la transferencia paulatina, por el Estado revolucionario, de los medios de producción fundamentalesa la propiedad directa o usufructuaria de los colectivossociales o de trabajadores, y en la medida en que la organización de la producción vaya dejando de basarse en el trabajo asalariado, para estructurarse en forma autogestionada, en formaparecida a como funcionan muchas comunidades indígenas.
Esa forma de organización de la producción fue descubierta por Marx en el sistema de trabajo de las cooperativas surgidas en el propio capitalismo yestá caracterizada, porque los propios trabajadores asociados, dueños colectivos de sus medios de producción, auto explotan su fuerza de trabajo; administran democráticamente su gestión productiva y controlan y distribuyen el excedente.
Los caracteres colectivistas, democráticos y libertarios que respectivamente portan las formas de propiedad, gestión, y distribución de las relacionesautogestionarias, serán los que se proyectarán en las instituciones políticas, sociales,judiciales e ideológicas de la superestructurade la nueva sociedad; tanto como los caracteres privados, antidemocráticos y autoritarios inherentes a la propiedad, la gestión, y la distribución de las relaciones de producción capitalistas, se manifiestan en lasinstituciones políticas, sociales, jurídicas e ideológicas de su superestructura.
Las condiciones de producción y vida que irán surgiendo con la extensión de las relaciones socialistas de producción, permitirán que se vaya desarrollando la nueva mentalidad, el hombre nuevo, más culto, más instruido, más colectivista, más humanista. Ese que nos anunció el Che.
La cooperativa es una forma más de la propiedad colectiva, donde funciona la autogestión obrera que deberá extenderse a otras formas de propiedad socialista, como las empresas cogestionadas entre los trabajadores y el Estado, básicamente para las que agrupan grandes cantidades de recursos y trabajadores y tienen importancia estratégica nacional.
Por lógica del desarrollo de las fuerzas productivas, las empresas cogestionadas entre el Estado y los trabajadores, tenderán a ser las que predominen en el Socialismo que, por ser un período de tránsito, necesariamente contendrá también formas de propiedad y producción presocialistas, como la producción mercantil simple, las microempresas privadas, la participación conjunta de capitales extranjerosy otras que la realidad determine.
La nueva forma de producción socialista, la autogestión obrera,para diferenciarse de las cooperativas en el capitalismo y convertirse en un régimen social, deberá extenderse hasta predominar en toda la economía, factor en el cual hicieron mucho hincapié los clásicos, a lo que llamaron la “autogestión socialista”, “plan común” o “gran unión de cooperativas”.
Por eso denominamos a este sistema Autogestión Empresarial Obrera y Social. por sus siglas AEOS porque es: Autogestión, por la participación y gestión democrática de todos los trabajadores en todos los aspectos de la empresa, y de los ciudadanos, en general, también en los asuntos de la región y la nación; Empresarial, porque la empresa viene siendo la unidad, la célula de la que parte la organización productiva de la sociedad; Obrera, porque solo puede ser organizada, estructurada y realizada por los trabajadores todos, manuales e intelectuales; y Social, porque solo puede ser realidad si se lleva a escala socialmente.
En el sistema de autogestión obrera, los trabajados no recibirían un salario por su trabajo, sino un estipendio cercano al valor de su aporte productivo. Al final de los cortes empresariales, una vez descontados los impuestos para los fondos sociales, los costos y las necesidades reproductivas de la empresa, los trabajadores disponende ese excedente democráticamente, ya sea para repartirlo de acuerdo con el criterio del colectivo, para hacer obras de interés de los trabajadores u otras que ellos determinen.
La nueva forma de trabajo no tiene ya como fin,la producción de mercancías, para obtener ganancias provenientes de la plusvalía. La producción se realiza con el fin de resolver las necesidades de los productores y la población. El intercambio de productos entre las distintas unidades empresariales, al no tener el lucro como propósito, no se realizaría de acuerdo con los precios arbitrarios del mercado capitalista que esconde la explotación, sino que posibilitaría, por primera vez en la historia, que sea real la ley del valor, y los productos empiecen a intercambiarsepor su verdadero valor, de acuerdo con la cantidad de trabajo socialmente necesario para su producción.
La práctica de las sociedades socialistas hasta el presente, indica que la única forma de hacer efectiva una distribución socialista que retribuya adecuadamente al trabajo productivo, y garantice un desarrollo integral del ser humano, y de la economía, es a través de una organización de la producción que posibilite el más estricto control de costos y gastos, tenga en cuenta los intereses sociales, los de las regiones, los de los colectivos de trabajadores y sociales, los de los individuos mismos y los de la naturaleza. Eso es la autogestión obrera.
En la crítica al Programa de Gotha, Marx expresa: “…en el régimen de intercambio de mercancías, el intercambio de equivalentes no se da más que como término medio,y no en los casos individuales.” Será pues, en el nuevo sistema de producción basado en la autogestión obrera, donde el intercambio de equivalentes comience a ser real, no solo como termino medio, sino también en los casos individuales.
De manera que el intercambio de productos en el socialismo tenderá -como un proceso natural- a la perfección del intercambio de equivalentes, en la medida en que en la sociedad vayan predominando las relaciones de producción socialistas, basadasen el cooperativismo y la autogestión, donde por primera vez se podrá sostener un estricto control de gastos de medios y energías, por el simple hecho de ser ello, del expreso interés de los colectivos obreros y sociales para definir con la mayor exactitud posible el pago de acuerdo con el trabajo y elevar su productividad.
Así, el intercambio de equivalentes no será una meta por la que habrá que trabajar, si no un resultado natural del desarrollo del proceso productivo autogestionario, donde los trabajadores cada vez más vayan aportando su trabajo productivo a la sociedad, a cambio de la paulatina satisfacción de sus crecientes necesidades.
Mientras exista el mercado en la sociedad socialista de tránsito, debido a que siga siendo predominanteel capitalismo a nivel nacional o internacional, los precios tendrán necesariamenteque seguir funcionando de acuerdo conlas leyes de la economía mercantil, toda vez que las sociedades que vayan avanzando en el socialismo tendrán –obligadamente- que ser más productivas y competentes que las economías capitalistas subsistentes.
El proceso productivo social hacia el intercambio de equivalentes más que de formaconcientemente, se irá verificando como una consecuenciapráctica de la concurrencia, no para el lucro sino para la necesidad, marcada por el trabajo en colectivo y el reparto democrático del excedente, donde se irán modificando las formas, leyes y categorías de la economía mercantil comovalor, valor de uso y valor de cambio, mercancía, dinero, mercado, ley de oferta y demanda, etc.
De tal suerte que el desarrollo del trabajo cooperativo y autogestionario que ya se viene desarrollando desde dentro del capitalismo yse extiende por la Etapa socialista de tránsito,donde deberá llegar a ser predominante, tendrá necesariamente que tener en cuenta las leyes y categorías de la producción mercantil mientras la economía socialista no sea determinante, a escala nacional e internacional. Es la única forma en que el trabajo cooperativo autogestionario podrá imponerse y demostrar ser másrentable y productivo.
Pero en el seno de las empresas cooperativas y autogestionadas, las categorías y relaciones mercantiles irán perdiendosu sentido, toda vez que los fines de estas empresas no son la obtención de plusvalía, ni la explotación del trabajo asalariado; y la producción para el intercambio, que no mercado, yano está dirigida a la obtención de ganancias, sino a la satisfacción de las necesidades de la sociedad, la empresa y sus trabajadores.
El intercambio de equivalencias será, por tanto, una consecuencia de la extensiónde las relaciones socialistas de producciónen la economía, y su perfeccionamiento, hasta su desaparición, creará las bases de la nueva sociedaddel futuro, donde el gran nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, permitirá a los seres humanos trabajar por placer, ser enteramente libres, recibir según sus necesidades y aportar según sus capacidades: pero eso, ya esoseráen el comunismo.
Viva la Revolución Continental Bolivariana.
*Esta ponencia no fue leída, sino brevemente resumida en una intervención con tiempo limitado. Para su publicación se le hicieron algunos cambios que no afectan su contenido original.
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