Los marxismos

el marxismo a debate
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x Josep Fontana

Breve análisis del conjunto de escuelas historiográficas marxistas del siglo XX a través de un texto de Josep Fontana, publicado en el 2001.El presente comentario, se trata de un esbozo del tercer capítulo del libro “Historia de los Hombres” (editorial critica, 2001) escrito por el historiador catalán Josep Fontana, y concretamente llamado “Los Marxismos”.

En su capitulo que aquí tratamos, Fontana hace un repaso por toda la historiografía marxista mas destacada del siglo XX desde la época del estalinismo de la Unión Soviética hasta las ultimas tendencias de su momento con Thompson o Vilar. En ella destacan una seria de ideas y retratos.

En primer lugar, Fontana establece que su método de investigación en concreto en este capitulo esta en revisar como, a través del repaso de la obra de destacados historiadores y escuelas marxistas del siglo XX se ha ido transformando poco a poco lo que inicialmente Marx y Engels establecieron como un método de investigación y análisis de la historia, que era el materialismo histórico y el propio socialismo científico, totalmente adoctrinal visto por ellos, y donde ellos mismos insistían precisamente en la negación de creación de ningún tipo de doctrina, ley, escuela o filosofía, en lo que a lo largo del siglo XX sus seguidores comunistas transformarían en un autentico cuerpo doctrinal y dogmático que se convertiría, con el paso del tiempo en la base fundamental, tanto de los sucesivos partidos comunistas de los distintos países, como de la propia ideología comunista. A pesar de ello, también se destaca la revisión de la doctrina de Marx en lo referido a la historia por parte de diversos autores con el fin de adaptar y reinterpretar la concepción histórica del marxismo en cada lugar y en cada época concreta posterior de la historia.

Y es que, en este sentido son numerosos los historiadores que reclaman una revisión de Marx en lo referido a diversas cuestiones, que luego se analizaran algunas mas detalladamente, como son la polémica por la adaptación de las 5 etapas de la historia previas al socialismo a países como los asiáticos y la polémica por la fase asiática, o el caso de las divergencias e inconexiones internas entre el Marx económico ( representando un determinismo que se ejemplifica en obras como El Capital donde explica la evolución del capitalismo basándolo en los diversos conflictos entre las fuerzas y relaciones de producción, y donde precisamente estas contradicciones internas de las diversas etapas económicas genera una lucha de clases por los modos de producción que conlleva al paso de un modelo a otro de producción y que conduce inevitablemente al socialismo, basándose en la propiedad común, y solo se dará ese transito por la agudización de las contradicciones internas del capitalismo que dan lugar a su desaparición.

Así pues en esta concepción prima lo económico a lo político y social y prima el factor económico como motor fundamental del cambio y protagonismo histórico) y el Marx político ( representando un voluntarismo que se ejemplifica en obras como 18 Brumario de Napoleón Bonaparte o La Comuna de Paris, cuyos escritos no son generalistas ni teóricos si no estudios o ensayos de hechos concretos o sucesos coetáneos en el tiempo en el que escribe y que los analiza desde otro punto de vista.

Es mas espontáneo, o el caso de Engels con La guerra campesina en Alemania, o El problema campesino en Francia y Alemania. En estos escritos se concede una primacía y protagonismo a las clases sociales y a las relaciones sociales por encima de los factores puramente económicos, tal y como denuncia Max Weber con otros argumentos, y es aquí donde se dan las diversas concepciones de clase social y lucha de clases, desde las iniciales diversas clases sociales -campesino, nobleza, burguesía, pequeña burguesía, proletariado- pasando por la evolución tripartita de la sociedad –pequeños propietarios, capitalistas, trabajadores asalariados- hasta que luego evolucione y complete sus teorías a través de sus seguidores cuando las crisis internas del capitalismo lleven a un empobrecimiento general, las clases intermedias desparezcan y la sociedad se polarice entre burgueses y proletarios, que conducen a la lucha de clases. Es aquí pues, que prima el factor social al económico y entra en contradicción directa con su otra concepción teórica)

Así pues, este paso del marxismo de método a dogma se empieza ya a ver claramente en los primeros pasos que se va creando el marxismo revolucionario en Rusia ( donde Lenin, a diferencia de lo dicho por Marx considera que la revolución ha de ser a corto plazo y en el escalafón mas débil del capitalismo que es Rusia) previos a lo que posteriormente será la configuración del cuerpo doctrinal de la URSS, y que se ejemplifica en obras básicas de este periodo como el “ABC del comunismo” y “La teoría del materialismo histórico” ambos de Nicolai Bujarin ( que será considerado como uno de los precursores del bolchevismo aunque caería en desgracia al ser considerado como contrarrevolucionario y ejecutado por oponerse a las colectivizaciones de Iosiv Stalin)

Sin embargo, ya estas obras, aunque son fundamentos del comunismo, no son ven desprovistas de su carga dogmática y ya en esta época, el italiano Antonio Gramsci criticara estas obras como un simplismo que tiende a convertir el instrumento marxista de análisis en un reduccionismo excesivamente doctrinal.

Esta dialéctica ( tomando aquí el significado como terminología y no como contradicción según el modelo hegeliano) de la doctrina, poco a poco se va clarificando a medida que a su vez, se va dogmatizando cada vez mas el régimen comunista soviético surgido en Rusia en 1917 y exportado a gran parte de Europa oriental sobretodo en la época que la historiografía ( generalmente no soviética) a tenido a bien en llamar como estalinismo o marxismo-leninismo según la terminología socialista, en que el régimen de Stalin ira imponiendo su modelo único de interpretación del socialismo científico.

Muy pronto, no obstante, empiezan a surgir también pequeñas deserciones dentro de este modelo dogmático representadas por figuras como el propio Bujarin, Trotksy, o el historiador y catedrático Mijail Pokrovsky, líder bolchevique desde los inicios del citado movimiento y una de las pocas figuras eruditas e intelectuales con que contaba el marxismo revolucionario y que escribió obras como una “Historia de Rusia” mostrándose partidario de la línea de evolución rusa como similar a la de otros países occidentales (en parte contradiciendo a los propios Marx y Lenin).

Posteriormente también caería en desgracia por parte del estalinismo primero al mostrarse abiertamente contrario del sometimiento de otras naciones a la rusificacion lo cual se ejemplifica en el congreso de historiadores soviéticos de 1929, o mas tarde, y ya desaparecido cuando las graves crisis económicas de los años 30 obligaban a readaptar las teorías, y a considerar que la situación económica decadente de la URSS se debía al enorme atraso agrícola de la Rusia pre-revolucionaria y que por tanto, se debía considerar la evolución rusa como distinta de los demás países occidentales, lo cual contradecía a Lenin y Pokrovsky a pesar de lo cual solamente el segundo fue cuestionado y tachado de contrarrevolucionario.

A partir de este momento, ya a finales de los 30 es cuando Stalin pone de manifiesto el recrudecimiento de las teorías de máxima fidelidad al régimen soviético lo cual se ejemplifica en acciones como la absurda decisión de establecer las teorías genéticas neo lamarckianas de Trofim Lysenko contra la concepción de caracteres heredados de Mendel, acusado de burguesa, y que supuso un alegato a lo irracional del dogmatismo y una fuerte crisis económica, o mas tarde en las exigencias de fidelidad de los historiadores a las directrices y necesidades del partido comunista.

Aquí es cuando entra en cuestión otro nuevo tema que había dejado chorros de tinta como fue el famoso caso del modo de producción económico asiático.

Ya en la “Critica a la economía política” Marx habla de este método de producción conjunto al esclavista, feudal, y capitalista, lo cual era difícil de acoplar al método homogeneizador y euro céntrico de las concepciones históricas de Stalin, y el cual suponía una forma alternativa de producción y funcionamiento económico, propio de la zona, y que se agravo fundamentalmente en la Republica Popular China sobre el método político (burgués o proletario) que debería de darse en función de la superación o no de este método.

La solución de esta polémica se dio en los congresos de historia de Tiflis y Leningrado de 1930-31, en la que los historiadores soviéticos decidieron directamente borrar de un plumazo este método de producción señalado por el propio Marx, y considerándolo una adaptación del feudalismo oriental.

Así pues, con el marxismo-leninismo de Stalin, el marxismo y la concepción materialista se convirtió, como señale anteriormente, en aquello que Marx y Engels trataron de evitar, en un corpus teórico-filosófico a seguir, donde la línea de fidelidad máxima a la ortodoxia leninista era una obligación so riesgo de ser señalado como burgués.

Sin embargo, no es solo en Rusia donde se puede ver la ejemplificación máxima del adoctrinamiento ortodoxo del marxismo como dogma, si no también en aquellos países donde el comunismo fue exportado por la URSS y cuyas políticas giraban en torno a la orbita de Moscú.

Ejemplo de ello se da en países socialistas como la RDA, Polonia o Rumania.

En Polonia (1945-1992) destacan ejemplos de este amoldamiento sovietizante en la figura de Witold Kula en libros como “Problemas y métodos de la historia económica” o “Teoría económica del sistema feudal” en el cual, define al periodo feudal como un método de producción entre el vasallo y el señor que en el caso polaco se extiende cronológicamente hasta inicios de la edad contemporánea. Ello era una interpretación al pie de la letra de la historiografía soviética.

En Rumania (1947-1990) también se lleva a cabo una extensión de la fidelidad a la ortodoxia leninista mezclado aquí con elementos propios de la mitología local rumana, donde se purgaba a todo aquel que se saliera de la línea oficial del partido comunista rumano y que luego Nicolai Caucescu en su delirio personal autoritario tendería a completar exaltando a tracios y carpos como elementos mejores a los occidentales.

Posteriormente, tras la muerte de Stalin en 1953 y la caída de la influencia estalinista, empezó en Rusia y países aliados una revisión e investigación mas diversa sobre los fenómenos históricos.

Ello es el caso de arqueólogos como el ruso Igor Diakonoff el cual en obras como “En el hogar original de los hablantes indoeuropeos” o “Lenguajes afroasiáticos” el cual propone un proceso de revisión total de las antiguas sociedades primitivas, y para ello era necesario alejarse del dogmatismo leninista , contra lo establecido en 1930 volver a considerar el orientalismo y el método asiático dentro de los métodos de producción económicos, como algo propio de la zona.

También esta el caso del arqueólogo australiano Vera Gordon Childe, que también propone una revisión del método de investigación soviético en libros como “ Que ha sucedido en la historia”, “Los orígenes de la civilización”, “Progreso y arqueología” o “ El amanecer de la civilización europea”, donde explica una renovación total en el método de entender la arqueología y el surgimiento de las sociedades primitivas, a través de lo que el llama la revolución neolítica con el surgimiento de los primeros procesos complejos de sociedad y civilización (ciudades, economías, escritura, arte...)

Es un momento en que el método dogmático del marxismo, aunque poco a poco se iba revisando y limitando con la caída del estalinismo, aun mostraba su cara mas ortodoxa, todavía su pervivencia en los países del continente americano donde se dejaba notar la huella del filosofo Luis Althusser, el cual defiende en obras como “Para leer El Capital”, o “La revolución teórica de Marx” precisamente la parte mas dogmática del marxismo, defiende su concepción estructuralista y el convertirlo en una ciencia de estudio y análisis para la historia, colocando a Marx como fundador de una ciencia de estudio, precisamente todo lo contrario a las teorías de Marx y Engels, de los cuales no tuvo mucho conocimiento en profundidad.

Sin embargo, la lucha interna en el seno de la historiografía marxista se dejaba notar entre estas dos concepciones dogmática y renovadora. La dogmática representada por personajes como Althusser y otra mas renovadora, que se estudia a continuación representada por figuras como Lukacs, Kosch, Gramsci o Benjamín.

Georg Lukacs, filosofo marxista húngaro, el cual formo parte de la Republica húngara de 1919 y la revolución húngara de 1956 contra la URSS, mostrara sus teorías en libros como “Historia y conciencia de clase”, “Ontología del ser social” o su panfleto estalinista “La destrucción de la razón” el cual fue obligado a escribir en 1954 al ser acusado de burgués por la facción mas ortodoxa del estalinismo ruso-húngaro.

En sus teorías, Lukacs, que establece una separación del marxismo entre el vulgar determinista y determinado por leyes histórico-económicas y el autentico o real de acción de los grupos y asociaciones sociales, el marxismos combativo de la calle.

Karl Kosch, filosofo y teórico marxista radical alemán, cuyas ideas se canalizan a través de obras como “Tres ensayos de marxismo”, “Marxismo y filosofía”, “Manuscrito de aboliciones”, el cual criticaba ya en su época la excesiva idealización y elitizacion a la que se había transformado el marxismo por parte de los intelectuales comunistas, intenta acercarse mas al Marx original y a un marxismo mas social y popular, mas cercano a los problemas reales de la sociedad.

Además establece que Marx no realiza un proceso legislativo cerrado, si no una interpretación abierta y no lineal de la historia, abierta a interpretaciones sobre el desarrollo, transformación y decadencia de la historia, en contra de los que sus seguidores harían después de su muerte, convirtiendo su materialismo histórico en un código cerrado de interpretación.

Antonio Gramsci, teórico comunista italiano y fundador, en 1921 del Partido Comunista Italiano, posteriormente encarcelado por el régimen fascista de Mussolini. Gramsci, es posiblemente el pensador marxista de mas talla intelectual de los que ha habido en el siglo XX y cuya influencia en todos los niveles se deja notar hoy día, a través de obras como “Cuadernos de la prisión”, “Los intelectuales y la organización de la cultura”, o “Literatura y vida nacional”.

Gramsci, desde un primer momento denuncia y critica el método materialista de Marx primero como un elemento de análisis y no de dogma denunciando a Bujarin, Lenin y otros que intentan deformar la concepción materialista de la historia como leyes de actuación, y segundo y relacionado con lo anterior, como ya se apunto en la definición del Marx político, que no se puede establecer una línea teórica fija, concreta y generalizada del materialismo histórico, si no que este se extrae de análisis y obras de sucesos concretos y puntuales (lo cual refuerza su idea del materialismo como análisis y no como dogma).

Para ello pone como ejemplo obras como el 18 Brumario, y establece que es solamente en el análisis e investigación de estas obras de las que sacamos conclusiones de interpretaciones sobre el materialismo histórico y la aplicación del marxismo a la historia y por ello condenar el intento de elaborar teorías a modo de manual de cómo entender la historia.

Critica el economicismo y defiende posiciones mas abiertamente voluntaristas asentándose en el análisis de los procesos sociales concretos, de los elementos culturales como aspectos de identificación social, y temas como la dominación y jerarquía, que se puede establecerse bajo el fenómeno del consenso social impuesto a la sociedad, que dado el momento romperá con las cadenas de la dominación, adquiere conciencia de clase y se libera. Su influencia es decisiva en el caso italiano y europeo.

Por ultimo , junto a esta divergencia de ortodoxos-renovadores, también cabe analizar el ejemplo concreto y la evolución de dos escuelas marxistas, que, a lo largo de la historia socialista se han mostrado fundamentales a la hora de establecer corpus doctrinales del socialismo, como son la francesa y la inglesa.

En el caso francés, podemos encontrar dos antecedentes claros de historiografía marxista que han significado un antecedente clave en esta escuela y en todo el continente como es el caso de Jean Jaures, y por otro lado de la escuela de Anales, con Lucien Febvre, Marc Bloch, o George Lefebvre. Sin embargo, en este periodo posterior, cabe destacar una figura fundamental, influenciado por la obra de Anales y considerado mentor del autor del libro, Josep Fontana, que es la figura del historiador y escritor hispanista francés Pierre Vilar, el cual entra en la historiografía marxista con un articulo de contestación a Althusser, llamado “La historia marxista. Ciencia en construcción” donde critica al marxista francés diciendo que, contrario a las teorías de que el marxismo posee una concepción estructuralista como una ciencia cerrada de estudio, Vilar establece que el marxismo no es una ciencia completa, cerrada y acabada, si no abierta a interpretación y análisis de los modos de producción, que son diversos en cada periodo histórico con mezclas de diversos procesos.

No se encuadra como sujeto a la disciplina impuesta por el partido comunista, aunque esta vinculado a el, y contempla, al igual que Kosch, al marxismo como un instrumento de análisis y apoyo a los movimientos sociales contemporáneos, para resolver los conflictos sociales. Ello se establece en otras de sus obras, como “Cataluña en la España moderna”, “Historia de España”, “Crecimiento y desarrollo”, u “Oro y moneda en la historia”. Sin embargo, no encontró demasiada acogida inicial a sus ideas en una Francia aun demasiado determinada por el estructuralismo althuseriano.

En el caso ingles, por otra parte, encontramos a las otras grandes figuras de la historiografía marxista, como el ya citado Gordon Childe, Eric Hobsbawn, Perry Anderson, o E. Thompson. Así, el primer gran núcleo fuerte del marxismo británico surge en este país, fundamentalmente después de la segunda guerra mundial, en torno a revistas como “Marxism Today” o “Our History”, de gran talla, donde colaboran personajes como C. Hill, E. Hobsbawm, George Rude, E. Thompson, entre otros.

Eran los representantes, nuevamente, como Gramsci, de un marxismo mas bien culturalista, y social y poco alejado del determinismo economicista, primando el análisis cultural, artístico y literario.

Aquí, destacan figuras como Eric Hobsbawm, historiador británico de gran talla intelectual, que aparece en 1954 en el seno de la discusión interna de la escuela marxista sobre la lucha entre fuerzas y relaciones de producción como cambio de motor y desarrollo histórico. El, junto con Brenner, aportan datos sobre el aspecto agrícola en los siglos XVI-XVII.

Sin duda, Hobsbawm, es considerado como el historiador marxista mas destacado del siglo XX y uno de los mas influyentes, desde muy joven en la oposición comunista, escribe series de libros de temática social como “Rebeldes primitivos”, “Bandidos”, “ El mundo del trabajo”, “La era de la revolución” o su famosa y celebre “Historia del siglo XX”.

También destaca aquí la figura de Perry Anderson, historiador marxista ingles, fue uno de los principales redactores de la famosa revista “ New Left Review” cuyas ideas se centran en dos obras claves suyas, “Paso de la antigüedad al feudalismo”, o “Renovaciones”. El primero de ellos, muy en la línea de la historiográfica clásica marxista, se centra en el análisis del transito al método de producción feudal desde la antigüedad clásica esclavista, lo cual ha suscitado grandes polémicas tradicionalmente, al pasar por motivos económicos del antiguo esclavismo a las relaciones de producción entre señor-vasallo. Su segundo libro, se centra, mas en la línea de Vilar y Kosch de estudiar, a través de los análisis marxistas, los problemas actuales de la sociedad, las nuevas corrientes postmodernas y las nuevas líneas políticas inglesas.

Por ultimo, cabe destacar aquí el análisis y la figura de Edward Thompson, historiador, e intelectual ingles, cuyas obras mas influyentes fueron entre otras “La formación de la clase obrera inglesa”, “La economía moral de la multitud en Inglaterra”, o su celebre “Costumbres en común”.

Thompson, desde sus primeras obras muestra un claro y evidente anti-estructuralismo, rechaza la concepción del marxismo como una doctrina cerrada y ortodoxa, y muestra un claro compromiso voluntarista del marxismo y de la historia al analizar la historia social y el movimiento obrero, concretamente el ingles.

Ello provoco que los intelectuales y académicos marxistas tuvieran grandes diferencias con Thompson y lo vieran ciertamente como un elemento incomodo en sus teorías. Posteriormente, en otra de su obra cumbre “Costumbres en común”, Thompson hace un análisis histórico de la sociedad inglesa del siglo XVIII, donde critica que la historiografía oficial inglesa, introduce este siglo como un importante periodo de cambios, de adaptación y gestación de la sociedad mercantilista de consumo, y prosperidad, y denuncia en sus investigaciones el verdadero trasfondo social, la lucha de clases interna que se vivía en la época, donde, contrapuesto a una clase elitista comercial, las clases populares perdían sus tierras, aumentaban los delitos y las deportaciones, así como las guerras que segaban la vida del pueblo llano.

También es muy destacable aquí la visión de Thompson que se muestra contrario abiertamente a las nuevas corrientes del postmodernismo, o situacionismo que, cínicamente, trata de reemplazar la terminología clásica del marxismo ( feudal, capitalismo, burgués, proletariado..) por nuevas concepciones, según ellos “no cargados de tanto dogmatismo y subjetivismo” como preindustrial, clases subalternas, tradicional... pero que según Thompson, también critica en ellos un claro subjetivismo de introducción del lenguaje de las estructuras dominantes de poder que tratan de aplacar o disimular el conflicto social de la historia por otros términos mucho mas amables.

Así pues, en estas 25 paginas, hemos podido ir exponiendo a través de las ideas de Fontana la evolución histórica que ha sufrido la historiografía marxista desde inicios de siglo hasta prácticamente nuestros días.

Se ha podido analizar el paso de la concepción materialista de la historia y la visión del marxismo aplicada a la historia desde el propio Marx considerándolo como una interpretación de análisis de la historia, pasando por el uso dogmático que de el hace toda la historiografía soviética leninista que la considera como una ciencia de fe inalterable, pasando por las renovaciones que se producen en la propia Rusia y en países como Italia fundamentalmente, la pervivencia del modelo estructuralista y dogmático de este corpus científico en figuras como Althusser, y el análisis de las escuelas francesa e inglesa en la segunda mitad del siglo XX, con la sombra de Anales en el análisis histórico.

Así, se ha querido hacer, a través de figuras como Pokrovsky, Gramsci, Kosch, Lukacs, Vilar, Hobsbawm, Thompson...un intento de ver el marxismo y su aplicación a la historia, no como una ciencia abstracta, cerrada, dogmática y elitista tal y como propugnaban Bujarin, Caucescu, o Althusser, si no como un mero instrumento de análisis ( o por lo menos una ciencia abierta como dice Vilar) para la comprensión del pasado histórico, el análisis de los modelos de producción económica, y sobre todo, como un soporte para la compresión, análisis y desarrollo de los nuevos movimientos sociales del nuevo siglo y las nuevas amenazas a estos que, como la globalización económica capitalista o el empobrecimiento, generan un autentico desafío a las estructuras sociales alternativas. Estructuras que, como el marxismo, y apoyadas por el marxismo, tal y como decían Karl Kosch, Antonio Gramsci o Pierre Vilar deben servir para resolver los problemas reales de la gente real, del pueblo llano, y del trabajador asalariado de los nuevos tiempos.

 



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Josep Fontana

Biografia

Josep Fontana nació en Barcelona, en 1931. Se licenció en Filosofía y Letras (sección Historia) por la Universidad de Barcelona en el año 1956. Se doctoró en Historia por la misma universidad en 1970. Es uno de los historiadores de más prestigio de España. Fue alumno de Vicens Vives y Ferrán Soldevilla. Sus principales corrientes de investigación son la Historia económica, la Historia española del siglo XIX y la Historia de la hacienda. Han influído en su pensamiento E.P. Thompson, Pierre Vilar, Gramsci y Walter Benjamin. Es director del Institut d'Història Jaume Vicens Vives de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, en la que dió clases de Introducció a la Història. Ha enseñado Historia económica y contemporánea en las universidades de Barcelona, Valencia y Universidad Autónoma de Barcelona. Y ha sido colaborador de las revistas de historia Recerques (1970) y l'Avenç (1976). La asignatura Introducció a la Història de primer ciclo de Humanidades de la Universitat Pompeu Fabra se basa en su libro Introducción al estudio de la historia.

Fontana es catedrático de Historia y dirige el Instituto Universitario de Historia Jaume Vicens i Vives de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Maestro indiscutible de varias generaciones de historiadores y científicos sociales españoles, investigador de prestigio internacional e introductor en el mundo editorial hispánico, entre muchas otras cosas, de la gran tradición historiográfica marxista británica contemporánea, Fontana fue una de las más emblemáticas figuras de la resistencia democrática al franquismo y es un historiador militante e incansablemente comprometido con la causa de la democracia y del socialismo. Josep Fontana es miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO.

Títulos publicados

  • La quiebra de la monarquía absoluta (1814-1820) (1971, Ariel, 1987 y Crítica, 2002)
  • La crisis del Antiguo Régimen (Crítica, 1992)
  • Historia: análisis del pasado y proyecto social (Crítica, 1993)
  • La historia después del fin de la historia (Crítica, 1992)
  • Europa ante el espejo (Crítica, 1994 y 2000)
  • Enseñar historia con una guerra civil de por medio (Crítica, 1999)
  • La història dels homes (Crítica, 2000) versión en castellano La historia de los hombres (Crítica, 2001)
  • Introducció a l'estudi de la història (Crítica, 1999) versión en castellano Introducción al estudio de la historia (Crítica, 1999)
  • Aturar el temps (Crítica, 2005)
  • De en medio del tiempo (Crítica, 2006)

Josep Fontana y Ramón Villares dirigen una nueva de Historia España para el siglo XXI

Barcelona, 7 abr (EFE).- Más de 6.600 páginas conformarán la nueva Historia de España que dirigen los historiadores Josep Fontana y Ramón Villares, una magna obra con vocación de perdurar, según han dicho a Efe, "al menos en el primer tercio del siglo XXI", y que nace con la vocación de ser "la historia de los españoles".

En una entrevista concedida a Efe, Ramón Villares, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Santiago de Compostela, ha comentado que "el sujeto de esta nueva Historia no es esa España eterna e inmóvil, sino que se trata de un sujeto cambiante, porque no es el mismo en la época romana, en el siglo XVII o en la Edad Media".

Villares aclara que los quince historiadores que participan en la obra descartan "esa visión esencialista, en pro de reflejar la pluralidad cultural y la forma tan peculiar en que se ha ido creando España, por unión de reinos y por conquista".

El historiador gallego advierte que en el planteamiento global y no unitarista con que se afronta la historia "ni retroproyectamos la realidad actual ni tampoco pretendemos decir que esa diversidad estaba desde el principio".

Tras el paréntesis que supuso la dictadura franquista para la historiografía española, el catedrático emérito de la Universidad Pompeu Fabra Josep Fontana cree que la presente Historia de España es "un enfoque nuevo, una puesta al día de los estudios de los últimos treinta años, y la continuidad de los últimos intentos editoriales de Artola (Alfaguara) y Tuñón de Lara (Labor)".

Coeditada por Editorial Crítica y Marcial Pons, la obra se irá publicando entre este año y 2008, con diez volúmenes cronológicos sobre la Hispania Antigua, los reinos medievales, el Imperio monárquico, el siglo del Barroco, el Reformismo y la Ilustración, la época del liberalismo, la Restauración, la República y la Guerra Civil, la dictadura de Franco y la democracia.

La historia se cierra con dos últimos tomos "de naturaleza transversal", uno dedicado a la posición de España en Europa y, otro, al proceso de construcción de las historias de España, sus grandes debates y sus mitos, anota Fontana.

Además de los dos directores, participan en el plan de la obra especialistas como Domingo Plácido, Antonio Miguel Bernal, Pablo Fernández Albaladejo, Borja de Riquer, Santos Juliá, Juan Pablo Fusi o José Manuel Sánchez Ron.

La vocación de esta obra "se aleja de la enciclopedia, la base de datos y el manual" y es, además, "claramente de autor y divulgativa, pues tiene un estilo narrativo y no incluye anotaciones a pie de página", remarca Villares.

Fontana anuncia que aportaciones como la del medievalista Eduardo Manzano serán "novedosas por su gran conocimiento del mundo islámico, mientras que Antonio Miguel Bernal vuelca en su volumen sobre el Imperio todas las facetas innovadoras que le valieron el Premio Nacional de Historia en 2006, que acaban con los tópicos sobre la relación entre monarquía e Imperio".

Villares señala que esta obra "cambiará también la visión consolidada sobre las reformas agrarias, el siglo XIX y el clientelismo político de esa época".

En definitiva, resume Villares, "el nuevo relato de la historia de España se entiende desde la diversidad y no nace de ninguna 'angustia nacional', ni en el drama de ningún conflicto bélico o político".

Ambos historiadores hacen un reconocimiento del trabajo de los hispanistas, "de los que dependíamos durante un tiempo, porque además ellos podían acceder a las fuentes, pero esa dependencia hoy ha dejado de tener sentido y es raro que la obra de estos hispanistas aporte algo nuevo".

"Debemos aprovechar la enseñanza de los hispanistas, que escribían bien y hacían síntesis legibles para el público", añade Villares.